El ser un estudiante que se forma en base a
un aprendizaje autónomo es un reto que no muchos pueden o quieren afrontar,
esto debido a que el éxito en esta modalidad de estudio requiere primero de una
observación sincera y critica de uno mismo. Una observación que nos de la
visión de donde estamos y a donde queremos llegar, para después preguntarnos
que necesitamos para cumplir con el objetivo.
Es descubrir como aprendemos cada uno de
nosotros y detectar vicios y fallas e incorporar conscientemente nuevas formas
que nos permitan aprovechar nuestras capacidades individuales de aprendizaje,
ya que al final el aprendizaje es una experiencia personal.
Podemos estar rodeados de los mejores
maestros del mundo, estar en los más prestigiados recintos de educación y aun
así no aprender nada debido a la falta de compromiso interno para con nosotros
y lo que estamos estudiando. En el contexto del autor, esto es la falta de vida
que impide un buen aprendizaje.
En el aprendizaje autónomo, primero debemos
sentirnos vivos, para después, dar vida a lo demás.
En el autoaprendizaje, como camino al
crecimiento personal, también aplica la milenaria máxima de: Conócete a ti
mismo…
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